martes, 9 de febrero de 2010

La Sierra de Cádiz ha hablado con un seguimiento total y masivo del paro general



Ha sido un inmenso clamor obrero y popular, de rebeldía y de dignidad. Desde primeras horas de la mañana ya se vislumbraba el éxito de la huelga: Las panaderías no habían trabajado y este 9 de febrero amaneció sin pan. Las obras paralizadas, sin vida, sin personas. Las calles desiertas, con los comercios y los bares cerrados. Sólo destacaban los carteles rojos que convocaban el paro general: 32.266 paradxs, 32.266 razones para ir a la huelga. Los escolares no acudieron a clase, colegios e institutos no abrieron sus puertas. Los bancos y cajas de ahorros cerrados, los Ayuntamientos también. Eran las 8.30 de la mañana y el paro era masivo y prácticamente total, sin que un piquete se hubiera movido aún de su punto de reunión. Las noticias iban llegando de cada pueblo y en los 19 municipios de la comarca se repetía la misma escena: el paro había triunfado, las dos semanas de preparación, de propaganda, de reuniones y asambleas, de actos en las calles, habían surtido efecto. Pero más que esto ha primado la necesidad de la gente sencilla de levantar la voz y decir alto y claro: ¡BASTA YA!. Basta ya de paro, basta ya de embargos, basta ya de desahucios, basta ya de regalarle dinero público a los banqueros y buitres del ladrillo y olvidarse de los pobres, de las familias trabajadoras que no llegan a fin de mes, de los de abajo....

Sólo algunos edificios oficiales (Mancomunidad, Tesorería de la Seguridad Social, centro de formación del profesorado, etc) y cadenas comerciales (DIA, Mercadona, Carrefour, etc) abrieron sus puertas. Comienza el trabajo de los piquetes. Nos desplazamos a los centros de trabajo, comenzamos el diálogo con los trabajadores y trabajadoras y observamos la receptividad, el acuerdo con los motivos de la huelga, pero también el miedo a las represalias de la empresa. Poco a poco, todos los edificios oficiales van cerrando, los trabajadores se marchan a su casa. En muy poco tiempo, también, las cadenas comerciales van cerrando una tras otra, excepto Carrefour que está rodeada de un amplio dispositivo policial anti-disturbios. Al parecer, querían amargarnos el éxito obtenido con violencia, con cargas policiales, con denuncias y detenciones y decidimos no caer en la trampa, no darles el gusto. La imagen de un paro general, obtenido con la fuerza de la razón, por la justeza de las peticiones, de forma pacífica, se les atragantaba y deseaban la imagen de la represión. Pues no.

Con el 100% de la comarca paralizada nos dirigimos a Arcos y Ubrique donde se iban a celebrar de forma simultánea dos manifestaciones. En Ubrique entre 4 y 5000 compañeros y compañeras y en Arcos entre 5 y 7.000 personas reivindicamos, en un ambiente de alegría por el éxito, que el Gobierno escuche de una vez a una comarca que ha hablado con voz unánime apoyando masivamente este paro general.

Un paro que no es el final de nada, sino la continuación de una cadena de movilizaciones que el SAT emprendió hace ya un año y medio con la ocupación del Banco de Santander en Sevilla, acción que fue seguida por otras muchas. Pero esta huelga si tiene un valor que la hace diferente. Esta huelga es parte de la preparación, de la marcha hacia una más que necesaria huelga general en Andalucía.

Y el ejemplo y empuje de esta huelga ya ha comenzado a contaminar otros lugares de nuestra nación, Andalucía. A las protestas convocadas en solidaridad con este paro en Granada y Sanlúcar hay que sumar la gran manifestación que ha recorrido hoy Almonte con más de 1000 trabajadores y trabajadoras.

Nuevas movilizaciones empiezan a sonar, se habla de la Sierra Sur sevillana, de la Sierra Mágina en Jaén, nada está decidido aún, pero sin duda habrá más movilizaciones y serán tan importantes y exitosas como la magnifica jornada de hoy que ha sido una auténtica lección para todos aquellos que han perdido la confianza en la capacidad de lucha de la clase obrera.

(Javier García, miembro del Cté. Nacional del SAT)

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