Miércoles 20, a las 14:00 en el Edificio 29, aula 2.07
La plena implementación de los planes de Bolonia se hace presente este curso. La mayoría de los estudiantes de nuevo ingreso se hallan estudiando grados o posgrados adaptados al EEES, a través de los ECTS. Esta profunda reforma a la que se está sometiendo la universidad, se encamina directamente hacia la privatización de la educación superior, siguiendo los pasos de otros servicios públicos comola sanidad o el transporte.
Sin embargo, la profunda crisis económica en la que estamos sumergidos, y que está descargando directamente en las espaldas de los trabajadores y sectores más desfavorecidos, marca la coyuntura actual de la universidad y por tanto de la reforma que se está emprendiendo. El recorte presupuestario (p.e. la Comunidad de Madrid ha recortado para el próximo año el 87% de las inversiones comprometidas para la universidad) es la clave para afrontar este período, lo que se traduce en una mayor precariedad laboral y de la enseñanza.
Así estas consecuencias no se han hecho esperar. En la UPO ya estamos sufriendo algunas de ellas: los alumnos de 2º (que cursan el último año de los planes antiguos) en caso de suspender alguna asignatura ¡se quedarían sin docencia!, o tendrían que adaptarse a las nuevas asignaturas del grado. Además las convocatorias se reducen de 3 a 2, y se eliminan las de Septiembre y Diciembre, por lo que las posibilidades de aprobar se reducen a Junio y Julio, si suspendes…hasta el año que viene. Esto unido a la gran carga lectiva que tienen los grados, dificulta enormemente el poder seguir el ritmo de las clases, ¡y ya mejor no plantearnos el compatibilizarlo con algún trabajo!
Así, mientras los estudiantes sufrimos las consecuencias de la crisis y de los planes privatizadores de Bolonia, mientras hay 4.123.000 parados, mientras en Andalucía 1 de cada 4 asalariados vive con menos de 5€ al día… el Gobierno de Zapatero pone el dinero público al servicio de salvar a la banca y las grandes empresas, otorgando las ayudas millonarias que han provocado que el déficit del Estado se multiplique por cinco. De este modo, los estudiantes y trabajadores debemos pagar las consecuencias de una crisis que no hemos provocado, mientras que los responsables siguen amansando fortunas (las 10 fortunas principales del país han elevado su patrimonio un 27%) amparados por el Gobierno.
Ante esto, la única salida posible es luchar por lo que es nuestro, unidos estudiantes y trabajadores, defendiendo cada empleo, luchando por unos servicios públicos y de calidad, para que la crisis la paguen sus verdaderos responsables.
